2- LOS FILOSOFOS CONTRACTUALISTAS- S
XVII- XVIII
Los filósofos
contractualistas se oponen a la idea de que la sociedad y el estado son algo
natural o preexistentes a la voluntad de los individuos, sino que por el
contrario, sostienen que la sociedad y el estado nacen de un PACTO que
establecen los individuos. Contraponen al “hombre natural” y al “Hombre social”.
Entre estos filósofos
estudiaremos:
THOMAS HOBBES
Consideraba que el
hombre en su estado natural es antisocial, egoísta, ambicioso, envidioso, es
por esto que transforma a los demás hombres en sus enemigos, se enfrenta con ellos buscando beneficio
personal y “vive en una guerra de todos contra todos”. En este estado “el
hombre se convierte en lobo del hombre”.
En el estado natural, que es un estado de guerra permanente, el
individuo depende para su seguridad de su propia fuerza e ingenio, no habiendo
más límite para su acción que los que éstas le impongan, ni pudiendo esperar la
colaboración de otros para conseguir sus propios objetivos.
En las condiciones
anteriores la vida en sociedad no puede ser posible. Para poder vivir en
sociedad y que esta no se destruya, los hombres deben realizar un pacto, un
CONTRATO SOCIAL donde todos se comprometan a ceder parte de su libertad y sus
derechos a alguien que los proteja (monarca, rey, presidente). A través de este
contrato se reestablece la paz y se funda el Estado. Los hombre se comprometen a no aniquilar a sus
pares, a no hacer justicia por mano propia, bajo la condición de que los demás
actúen de la misma manera.
Hobbes sostiene que el motivo final por el
que los hombres se organizan en sociedad
es la preservación de la propia vida y la garantía de una existencia más
dichosa. A diferencia de algunos animales, como las abejas y las hormigas, que
viven de forma natural sociablemente, los seres humanos sólo pueden alcanzar
esta convivencia social por medio de un pacto por el que se genera,
simultáneamente, la sociedad civil y un poder común capaz de obligar a todos al
cumplimiento del pacto suscrito.
JACOBO ROUSSEAU
Rousseau, a
diferencia de Hobbes sostiene que “el hombre es bueno por naturaleza, “es un
buen salvaje”. En el estado de naturaleza los hombres viven en una situación de
igualdad, no existe propiedad privada, todo es de todos, viven despreocupados,
ocioso y se preocupa sólo por conservar su vida, y se guían por sus
sentimientos, no hay nada de maldad en ellos.
El aumento de la
población, el lenguaje, la aparición de cierto tipo de organización social,
etc.. producen en el hombre el paso a la sociedad y con ello su
desnaturalización.
La vida en sociedad,
lo aleja del estado de bondad natural, aparecen las injusticias, las
desigualdades, la propiedad privada y con esto se termina la igualdad natural
entre los hombre, se vuelven diferentes unos de otros, compiten entre ellos y
así, comienzan a enfrentarse.
Antes esto, Rousseau
sostiene que para poder vivir en armonía se necesita de un CONTRATO SOCIAL
entre los hombres, por el que cada uno seda voluntariamente ante su egoísmo en
pos del bienestar general. Este contrato es un pacto que permite la
instauración de un estado justo que termine con las desigualdades instituidas.
El estado constituido a raíz del contrato tiene su razón de ser en la voluntad
general, que se instaura por encima de todo ciudadano
Con respecto a la
diferencia entre los hombres y los animales, sostiene que la especie humana no cuenta solo con la fuerza
física para sobrevivir, como los animales, sino con la capacidad de pensar y
sobre todo de discernir, de escoger; es decir, que mientras el animal responde
instintivamente a sus necesidades, el hombre lo hace enfrentándose a la
exigencia de su naturaleza y a sus acciones de una manera libre, o sea que su
vida no esta condicionada a los mandatos del instinto, como sí lo está el
animal. Como dijo en una de sus frases, “La especie animal escoge o rechaza por
instinto, el genero humano por un acto de libertad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.